domingo, 10 de enero de 2010

Across the sea.


A la deriva, pasajeros de un barco que no nos conduce a ningún sitio, vagando por el ancho mar sin destino concreto, moviendonos obligados, presionados por la marea. Sentimos como la fría noche del mar abierto nos atenaza y nos hunde en el vacío. Como el espejismo de una costa cercana se desvanece cuando más cerca te crees y como vuelves a tener esa misma sensación de engaño, como si alguien se estuviera burlando de ti. Tal vez este barco no nos lleve a ningún lugar, y solo tenga como fin enseñarnos a levantarnos una y otra vez tras cada caída, sin embargo no puedo dejar de sentir esa puta frustración cada vez que el camino vuelve a torcerse, y que en el horizonte solo diviso más mar...
No hay tiempo ni espacio, nunca nadie entenderá...

2 comentarios: